Hiram Percy Maxim fue un genio de los supresores para armas de fuego
Uncategorized May 9, 2016 War Is Boring
El hijo del inventor de la ametralladora dejó su propia huella en la Historia
por MATTHEW MOSS
Hiram Percy Maxim, hijo de Hiram Maxim, el inventor de la ametralladora, es más conocido por sus silenciadores.
El más joven de los Maxim desarrolló los primeros supresores viables para armas de fuego a la vuelta del siglo XX, registrando varias patentes entre 1909 y 1920. Comercializó sus diseños a través de la empresa Maxim Silent Firearms Company, que con el tiempo se convertiría en la Maxim Silencer Company.
Maxim empezó a trabajar en el diseño de silenciadores para armas de fuego en 1906, para lo que realizó pruebas con diferentes diseños teóricamente capaces de atenuar el sonido de un disparo. Lo intentó con válvulas, orificios de ventilación y canalizaciones, y llegó a la conclusión de que los gases propelentes que salen por la boca de fuego de un arma podían conducirse para hacerlos girar y crear remolinos, de forma que se frenaran lo suficiente como para evitar que produjeran ruido al abandonar la boca de fuego.
El primer silenciador experimental de Maxim, que se puede ver en la foto de la izquierda, utilizaba una cámara en forma de concha de caracol y una válvula para atrapar y remolinar los gases de la boca de fuego en un intento por frenar su avance. Los resultados de Maxim con este diseño fueron alentadores. Continuó desarrollando la idea de remolinar los gases y en junio de 1908 registró su patente de una “mejora en armas de fuego silenciosas [Silent Firearms]”.
Patentado en marzo de 1909, este diseño utilizaba una serie de álabes u hojas curvadas para crear una serie de remolinos en miniatura que capturaran y frenaran los gases de la boca de fuego.
Maxim no fabricó el silenciador Modelo 1909 en grandes cantidades. Su principal defecto radicaba en que los remolinos hacían que el supresor se calentara rápidamente. Además se comprobó que resultaba muy caro fabricar los álabes internos curvados. Aún así, el Modelo 1909 podía reducir la firma sónica de una pistola calibre .22 LR hasta en 30 decibelios.
En octubre y noviembre de 1908, Maxim registró dos patentes más para proteger una mejora en su anterior diseño. Este nuevo diseño se convirtió en el Modelo 1910, que aún se basaba en la teoría de Maxim de los remolinos de los gases pero simplificaba la disposición de los álaves.
Asimismo el Modelo 1910 abandonada el diseño con un canal interno alineado al centro y en su lugar utilizaba un diseño con un canal desplazado a un lado, o excéntrico. Este diseño tenía la ventaja añadida de no obstruir los elementos de puntería del arma. La mayoría de los fusiles de la época no llevaban rosca en la boca de fuego del cañón, por lo que Maxim desarrolló un dispositivo de acoplamiento que el tirador colocaba sobre la boca de fuego.
Uno de los principales inconvenientes del Modelo 1910 era que resultaba casi imposible desmontarlo para su limpieza. En vez de desmontarlo Maxim recomendaba que el usuario echara agua caliente a través del canal del silenciador. En un folleto publicitario de Maxim se indicaba que si se hacía de esta forma la limpieza del silenciador se realizaba en 30 minutos.
El Modelo 1910 de Maxim fue todo un éxito comercial. La empresa de Maxim lo ofrecía en varios calibres que iban desde el .22 hasta el.45. Sin embargo, el Modelo 1910 para el calibre más pequeño resultaba menos eficaz que el Modelo 1909 anterior, y cuando se montaba en una pistola calibre .22 LR reducía la firma sónica del arma tan solo 25 decibelios.
El libro de Maxim Experiencias con el Silenciador Maxim [Experiences with the Maxim Silencer] recopilaba las cartas de tiradores deportivos y cazadores que habían utilizado su silenciador. En el prólogo del libro, Maxim explicaba que había diseñado su sistema con el fin de “satisfacer mi deseo personal de disfrutar de las prácticas de tiro sin generar molestias. Siempre me ha gustado disparar, pero no podía disfrutarlo plenamente si sabía que el ruido molestaba a otras personas”.
La empresa Maxim Silencer Company vendía los silenciadores por correo y los enviaba embalados en tubos de cartón. Un silenciador para el calibre .22 costaba 5 dólares, mientras que los silenciadores para calibres más gruesos costaban 7 dólares. Los silenciadores de Maxim eran caros si se ajusta el precio a la inflación. Hoy en día esos precios equivalen aproximadamente a 120 y 165 dólares respectivamente.
En 1912, con el frenazo del crecimiento comercial, Maxim centró su atención en el mercado militar. En 1909 el Cuerpo de Armamento del Ejército de Tierra estadounidense [U.S. Army Ordnance Corps] puso a prueba el primer silenciador de Maxim. El Coronel S.E. Blunt, comandante del Arsenal de Springfield, concluyó que el silenciador eliminaba aproximadamente el 66 por ciento del ruido de un arma de fuego y el 67 por ciento del retroceso.
Animado por este primer interés militar, Maxim se puso a diseñar un silenciador que pudiera atenuar la firma sónica de un fusil Springfield M1903. Pensaba en el número cada vez mayor de hombres estadounidenses que se alistaban en las Fuerzas Armadas procedentes de las ciudades, hombres que carecían de experiencia en el tiro, que tenían esforzarse para poder controlar el fusil M1903 en calibre .30–06 por culpa de su enorme retroceso y elevada firma sónica. Maxim creía que un silenciador evitaría que los reclutas se sintieran intimidados por sus propios fusiles.
La Maxim Silencer Company desarrolló el Modelo 1912 y posteriormente el mejorado Modelo 15, que Maxim bautizó como el “Silenciador del Gobierno” [Government Silencer]. Maxim también diseñó un silenciador más grande para el fusil ametrallador Benét-Mercié M1909.
El Ejército de Tierra estadounidense probó los silenciadores militares de Maxim junto a los de Robert A. Moore en 1912. El informe de julio de 1912 emitido por el Arsenal de Springfield concluyó que el silenciador de Moore resultaba más preciso y tenía un mejor sistema de acople al arma.
Sin embargo, el silenciador de Maxim resultaba más resistente y podía soportar cadencias de fuego rápidas de forma más prolongada. El Cuerpo de Armamento del Ejército de Tierra estadounidense recomendó la adquisición de 100 de ambos silenciadores para pruebas de campo, de forma que se entregaran dos silenciadores a cada compañía para que los utilizaran sus tiradores selectos.
Este no era el gran contrato de venta que Maxim esperaba. Los militares estadounidense utilizaron pequeñas cantidades de silenciadores durante la incursión de 1916 contra Pancho Villa y más tarde durante el despliegue de la Fuerza Expedicionaria Americana [American Expeditionary Force] en Francia en 1917.
Aunque estos supresores no podían evitar la explosión sónica que se producía al superar el proyectil la velocidad del sonido, si que eran capaces de reducir el fogonazo en la boca de fuego y atenuar la firma sónica del fusil. Ya en 1917 el Ejército de Tierra estadounidense cambió de opinión y realizó un pedido por otros 9.100 supresores de Maxim. No está claro cuántos supresores logró vender Maxim antes de que terminara la guerra.
En 1920, después de la guerra, el Ejército de Tierra estadounidense puso a disposición del público civil sus fusiles con supresor a través del Programa de Tiro Civil [Civilian Marksmanship Program]. Otros fueron a acabar en manos de la Guardia Nacional [National Guard]. El Ejército de Tierra estadounidense declaró obsoleta cualquier arma con supresor que quedara en sus arsenales en marzo de 1925.
La empresa de Maxim no tuvo más remedio que diversificar. Después de la guerra la Maxim Silencer Company no sólo fabricó silenciadores para armas de fuego sino también dispositivos de atenuación del sonido para todo, desde automóviles hasta motores navales, maquinaria industrial y sistemas de aire acondicionado y calefacción.
Hiram Percy Maxim falleció en 1936. Su empresa comenzó a distanciarse de los silenciadores para armas de fuego en 1925 y pasó a dedicarse a los silenciadores para la industria y el automóvil. El interés del público por los supresores para armas de fuego quedó sin efecto con la entrada en vigor de la Ley Nacional de Armas de Fuego [National Firearms Act] de 1934, que exigía el pago de una carísima tasa que ascendía a unos prohibitivos 200 dólares, aproximadamente 3.500 dólares de los de hoy.
Aunque actualmente la empresa ya no es propiedad de la familia Maxim, continúa fabricando dispositivos industriales.
Este artículo fue publicado por primera vez en Historical Firearms [Armas de Fuego Históricas]. Traducido por Jorge Tierno Rey, autor de El Blog de Tiro Táctico.
- The Schwarzlose Model 1898 Pistol Was Way Ahead of Its Time
- The Besal Was Wartime Great Britain’s Desperate, Last-Ditch Machine Gun
- The MAC-10 Was an Over-Hyped Hunk of Junk