A lo largo de 2016 los comandos estadounidenses lanzaron casi dos de estos misiles al día

WIB front January 23, 2017

Patrullero de la Armada estadounidense lanza un misil Griffin, en esencia el mismo que la versión de lanzamiento desde el aire. Foto de la...
Patrullero de la Armada estadounidense lanza un misil Griffin, en esencia el mismo que la versión de lanzamiento desde el aire. Foto de la Armada estadounidense

Los pequeños Griffin fueron el misil elegido

por JOSEPH TREVITHICK

En 2016 las aeronaves estadounidenses lanzaron más de 25.000 bombas y misiles contra blancos en siete países, según un detallado estudio realizado por Micah Zenko y Jennifer Wilson, del Council on Foreign Relations [Consejo de Relaciones Exteriores]. Con información limitada de la que partir, llegaron a la conclusión de que “sin duda alguna esta estimación se queda corta”.

Parte del problema radica en que normalmente el Pentágono sólo notifica los “ataques” individuales, los cuales tanto pueden suponer un único avión que lanza una sola bomba como varias aeronaves que lanzan decenas de armas. Las autoridades estadounidenses no siempre informan del número total, ni de qué tipo, de bombas o misiles lanzaron las tropas estadounidenses contra terroristas o combatientes en zonas de guerra de todo el mundo.

Pero el Pentágono tiene que comprar estas armas y explicarles a los diputados por qué las necesitan. Según los números de los presupuestos, a lo largo de por lo menos parte de 2016, los comandos estadounidenses lanzaron de media casi dos misiles AGM-176 Griffin diarios.

En junio de 2016 el Pentágono solicitó al Congreso la concesión de una partida presupuestaria extraordinaria de 17 de millones de dólares al Mando de Operaciones Especiales estadounidense [U.S. Special Operations Command] para la adquisición de 190 “municiones guiadas de precisión a distancia” [Stand-Off Precision Guided Munitions], o SOPGMs, por sus siglas en inglés. “Estas municiones se están consumiendo a un ritmo de 56 al mes”, se indicaba en la solicitud, sin duda para destacar la urgencia de la solicitud.

Eso son casi dos misiles diarios. Si esa media se mantuvo durante todo el año y el total forma parte del cómputo global estimado por Zenko y Wilson, solo estas armas representarían más del dos por ciento de todos los ataques estadounidenses en 2016.

Para 2017 el programa SOPGM comprendía fondos para la adquisición de bombas y misiles guiados por láser y GPS y el desarrollo de nuevas armas. Esta adquisición en particular era para misiles AGM-176, le dijo Ken McGraw, portavoz del Mando de Operaciones Especiales, a War Is Boring en un correo electrónico.

Raytheon empezó a fabricar la primera generación de misiles Griffin en 2008. El mini-misil guiado por láser o GPS era casi 50 centímetros más corto que el ubicuo misil Hellfire y pesaba menos de la mitad. Pero aún con su reducido tamaño, dependiendo de la altura a la que volara el aeronave que lo lanzara, el misil podía alcanzar blancos a más de 20 kilómetros de distancia.

Al principio la empresa de defensa con sede en Massachusetts (EE.UU.) vendía el misil junto con lanzadores de expulsión hacia atrás. Tanto los comandos del Ejército del Aire como los aviadores del Cuerpo de Infantería de Marina estadounidenses incorporaron rápidamente los misiles en sus aviones artillados C-130.

En 2008 la web Aviation Week informó de que un “cliente sin identificar” estaba lanzando los pequeños misiles desde el avión no tripulado [drone] MQ-1 Predator. Al mismo tiempo Raytheon había empezado a preparar una versión mejorada de lanzamiento hacia delante, posteriormente denominada Griffin B, y lanzadores para aviones no tripulados [drones], buques de guerra y vehículos terrestres.

En 2010 el Ejército del Aire estadounidense ya trabajaba oficialmente para poder montar municiones guiadas de precisión tanto en el avión de ataque no tripulado MQ-1 como en el MQ-9 Reaper. A lo largo de los seis años siguientes el Pentágono y Raytheon continuaron trabajando en los misiles Griffin, añadiéndoles ojivas mejoradas, espoletas más sensibles y mejores sistemas de guiado.

Avión artillado AC-130W. Foto del Ejército del Aire estadounidense

Con una pequeña carga de combate de menos de 6 kilos, estos misiles constituyen una herramienta ideal para ataques de precisión, incluidos los ataques selectivos contra terroristas individuales en zonas abarrotadas de civiles inocentes. En 2015 los comandos estadounidenses lanzaron un total de más de 700 misiles, lo que implica un ritmo superior a los 56 al mes de 2016, según un informe oficial.

En su solicitud de 2016 el mando supremo de los comandos del Pentágono decía que quería los misiles adicionales específicamente para operaciones de combate en Afganistán, Irak, Siria y el “Cuerno de África”, probablemente Somalia. No sabemos cuántos misiles en concreto lanzaron los drones o los aviones artillados estadounidenses en cada país.

La “solicitud abarcaba un espacio temporal que iba de enero a diciembre de 2016”, dijo McGraw. “No desglosamos los gastos por operaciones individuales”.

A lo largo de 2016 el Pentágono sólo informó públicamente de menos de 15 ataques selectivos en Afganistán, Irak y Siria, además de otros tres ataques adicionales de diferentes tipos en Somalia. El Mando Central de Estados Unidos [U.S. Central Command] y el Mando en África de EE.UU. [U.S. Africa Command] informaron de ataques adicionales en esos cuatro países.

Sabemos que los comandos del Ejército del Aire estadounidense han utilizado tanto aviones no tripulados [drone] como aviones artillados AC-130 en general para apoyar a las tropas de élite sobre el terreno y para acabar con combatientes individuales. Sin embargo, incluso aunque los aviadores estadounidenses hubieran lanzado varios misiles Griffin en cada caso, solo estas misiones no podrían justificar el lanzamiento de 56 misiles al mes.

Puede que alguno de los misiles AGM-176 fallara su blanco previsto. Pero lo más probable es que los comandos lanzaran estos misiles en mucha mayor medida durante una amplia variedad de misiones.

En base a la información oficial, los documentos obtenidos por War Is Boring a través de la Ley de Libertad de Información y otros informes, está claro que el Pentágono cuenta habitualmente con aviones tripulados y no tripulados sobre Afganistán, Irak, Siria y Somalia que pueden llevar misiles Griffin. Gran parte de esta actividad parece estar relacionada con ataques selectivos.

Sin embargo, la web Long War Journal [diario de la larga guerra] registró por lo menos 14 ataques aéreos solo en Somalia en 2016. En este número se incluían una serie de ataques de “autodefensa” que oficialmente realizaron las fuerzas estadounidenses para proteger a comandos estadounidenses y fuerzas africanas de mantenimiento de la paz.

En marzo de 2016 el Ejército del Aire estadounidense hizo público un vídeo, que puedes ver más arriba, del reabastecimiento en vuelo de un avión artillado AC-130W Stinger II durante una misión sin especificar sobre Irak. Con anterioridad, ese mismo mes, un pequeño y sigiloso avión espía se estrelló en el país, lo que confirmaba todavía más que los comandos estadounidenses estaban trabajando activamente junto con las tropas kurdas e iraquíes que combaten al Estado Islámico.

El 8 de enero de 2017, las fuerzas de élite estadounidenses llevaron a cabo una extraña misión del tipo “matar o capturar” [kill or capture] en Siria contra uno de los líderes del grupo terrorista. Más de un año antes, un soldado de la Delta Force del Ejército de Tierra estadounidense murió en Irak durante una incursión similar en una prisión dirigida por el Estado Islámico.

En octubre de 2016 combatientes del Estado Islámico mataron a un boina verde [Green Beret] del Ejército de Tierra estadounidense en Afganistán con una bomba de carretera [road-side bomb]. En aquel momento el Pentágono dijo que los comandos estadounidenses estaban buscando miembros del Estado Islámico en ese país del centro de Asia.

Probablemente estos y otros incidentes sólo sean una pequeña muestra de las reservadas misiones cotidianas del Pentágono. La necesidad de lanzar casi dos misiles Griffin diarios implica una gran cantidad de combates.

Si la tendencia continúa los comandos estadounidenses podrían llegar a lanzar otros 700 o más de los pequeños misiles en 2017 y puede que tengan que comprar incluso más misiles.

Traducido por Jorge Tierno Rey, autor de El Blog de Tiro Táctico.

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